Final cerrado - Final abierto. La experimentación cadencial final en la literatura pianística del siglo XIX.

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Partiendo de las dos cadencias terminales tradicionales (auténtica y plagal) proponemos un recorrido por la escritura cadencial romántica en el que se pone de manifiesto la búsqueda de nuevas combinaciones acórdicas para el encadenamiento final llevada a cabo por los compositores a lo largo del siglo XIX (desde Beethoven hasta Fauré). Mostramos la acción del compositor romántico bajo el prisma de la modificación, la sustitución y la eliminación, visión tridimensional que nos permitirá asimismo realizar conexiones tanto con la música de Bach, Scarlatti o Mozart como con la de Albéniz, Debussy, Scriabin o Schoenberg. Entre las diversas manifestaciones armónicas encontramos la recuperación de sonoridades modales, las formaciones acórdicas con notas extrañas, la autonomía de los acordes napolitanos, el empleo de los acordes de séptima natural, la figura del tritono como intervalo vertebrador de los enlaces finales o la eliminación del mecanismo armónico de cierre. Una tabla con todas las combinaciones estudiadas transportadas a do mayor/menor nos proporciona una visión más didáctica de esta heterodoxia que no supone el abandono de las fórmulas finales tradicionales empleadas durante varios siglos, pero nos permite comprobar cómo se van abriendo paso otras alternativas que ofrecen perspectivas diferentes. Sonoridades que preparan el advenimiento de la escritura cadencial de compositores posteriores y por tanto minimizan la modernidad que atribuimos a muchas puntuaciones finales encontradas por ejemplo en la música de Debussy, Ravel, Bartók o Schoenberg. Estamos ante la riqueza y la pluralidad que toda manifestación artística necesita para evolucionar, y esta evolución lleva al lenguaje musical del concepto de final cerrado al de final abierto, recurso este último quee junto con otros, como la libre conducción de las voces (sobre todo de las disonancias), la desfuncionalización de la armonía, la escritura neomodal, el ultracromatismo o el empleo de la tonalidad evolutiva, hacen que el sistema tonal sufra una gradual erosión que lo abocará a las especulaciones supratonales de principios del siglo XX.